Acerca del epígrafe de la Eneida

Breve recorrido acercan citado epígrafe: «FLectere si nequeo superos, Acheronta movebo». (ver nota dice Strachey)

La (nota) da cuenta de que “En una carta a Werner Achelis del 30 de enero de 1927, Freud escribió: «Por último, una palabra sobre la traducción del epígrafe de La interpretación de los sueños, e incluso sobre la interpretación de ese epígrafe. Usted traduce "Acheronta movebo" como "mover las ciudadelas de la Tierra". Pero lo que significa es "remover el mundo subterráneo". He tomado la cita de Lassalle, en cuyo caso probablemente tenía un significado personal y se vinculaba con clasificaciones sociales -no psicológicas- En mi caso, pretendí meramente destacar con él lo más importante de la dinámica del sueño. El deseo rechazado por las instancias mentales superiores (el deseo onírico reprimido) remueve al mundo mental subterráneo (el inconciente) para ser oído. ¿Qué puede usted encontrar de "prometeico" en esto? (Freud, 1960a).”

La cita, en realidad, y esto es lo que señalan muchos comentadores,  es del Libro VII  de la Eneida, escrita por Virgilio.

A continuación se desarrolla un recorte del tema tratado en ese Libro y la versión bilingüe del párrafo de donde se extrajo la cita. 

Publio Virgilio Marón.  A E N E I D O S - E n e i d a

Primera edición en "El Libro de Bolsillo": 1986 Segunda reimpresión en "El libro de Bolsillo": 1990 © de la introducción y la traducción: Rafael Fontán Barreiro © Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1986, 1988, 1990.
LIBRO VII: Comienza la segunda parte del poema, las guerras en el Lacio, y así nos lo indica el propio poeta con una segunda invocación a las Musas. Navega la flota troyana siguiendo las costas de Italia, y penetra en las aguas del Tiber, en cuya ribera desembarcan y establecen los troyanos su campamento. Eneas, al ver cumplido el vaticinio de Celeno, reconoce en estas tierras la patria que le tiene asignado el destino. Envía mensajeros al rey Latino, quien le acoge favorablemente y, en cumplimiento de antigua profecía, le ofrece en matrimonio a su hija Lavinia. Irritada de nuevo Juno, envía a la tierra a la furia Alecto, que ha de enfrentar a latinos y troyanos para impedir la boda; maniobras de Alecto con Amata, la esposa del rey Latino, y el propio Turno, rey de los rútulos, a quien ya Latino había prometido la mano de su hija, y que era el pretendiente favorito de la reina Amata. Ascanio mata en una cacería a un ciervo de la pastora Silvia, pastora del rey, y este incidente es la chispa que enciende la guerra entre ambos pueblos. Descripción de las tropas aliadas de Turno, entre las que destaca Camila, reina de los volscos.

Ecce autem Inachiis sese referebat ab Argis saeua Iouis coniunx aurasque inuecta tenebat, et laetum Aenean classemque ex aethere longe Dardaniam Siculo prospexit ab usque Pachyno.
moliri iam tecta uidet, iam fidere terrae, 290
deseruisse rates: stetit acri fixa dolore. tum quassans caput haec effundit pectore dicta: 'heu stirpem inuisam et fatis contraria nostris fata Phrygum! num Sigeis occumbere campis, num capti potuere capi? num incensa cremauit 295
Troia uiros? medias acies mediosque per ignis inuenere uiam. at, credo, mea numina tandem fessa iacent, odiis aut exsaturata quieui. quin etiam patria excussos infesta per undas ausa sequi et profugis toto me opponere ponto. 300
absumptae in Teucros uires caelique marisque. quid Syrtes aut Scylla mihi, quid uasta Charybdis profuit? optato conduntur Thybridis alueo securi pelagi atque mei. Mars perdere gentem immanem Lapithum ualuit, concessit in iras 305
ipse deum antiquam genitor Calydona Dianae, quod scelus aut Lapithas tantum aut Calydona merentem? ast ego, magna Iouis coniunx, nil linquere inausum quae potui infelix, quae memet in omnia uerti, uincor ab Aenea. quod si mea numina non sunt 310
magna satis, dubitem haud equidem implorare quod usquam est: flectere si nequeo superos, Acheronta mouebo. non dabitur regnis, esto, prohibere Latinis, atque immota manet fatis Lauinia coniunx: at trahere atque moras tantis licet addere rebus, 315
at licet amborum populos exscindere regum. hac gener atque socer coeant mercede suorum: sanguine Troiano et Rutulo dotabere, uirgo, et Bellona manet te pronuba. nec face tantum Cisseis praegnas ignis enixa iugalis; 320 quin idem Veneri partus suus et Paris alter, funestaeque iterum recidiua in Pergama taedae.'

Mas he aquí que volvía de la Argos del Ínaco la cruel esposa de Júpiter y volaba por los aires, y divisó a los lejos desde el cielo al feliz Eneas y a la flota dardania por encima del sículo Paquino.
Ve cómo se alzan ya las casas, que se entregan confiados a la tierra, 290
que han abandonado los barcos; clavada se quedó de aguda rabia. Sacudiendo entonces la cabeza estas palabras saca de su pecho: «¡Ay raza odiada y a nuestros hados contrarios hados de los frigios! ¿Así que no cayeron en los campos sigeos, no pudieron tampoco caer prisioneros, ni quemó el incendio 295
de Troya a sus guerreros? En plena batalla y entre el fuego supieron hallar una salida. Así que, ya veo, al fin mi numen yace agotado, o saciado mi odio me he cruzado de brazos. ¡Para eso me lancé a perseguirlos, arrojados de su patria, con vehemencia por las aguas y a impedir por todo el mar su huida! 300
Agotado se han las fuerzas del mar y del cielo contra los teucros. ¿De qué me sirvieron las Sirtes o Escila, de qué Caribdis enorme? Ya se refugian en el ansiado cauce del Tiber sin miedo del piélago o de mí. Fue Marte capaz de perder al pueblo de los Lápitas gigantes; el propio padre de los dioses 305
entregó la antigua Calidón a la ira de Diana, ¿y qué delito cometieron Lápitas y Calidón para merecerlo? Y heme aquí, la gran esposa de Jove que, pobre de mí, nada dejé por intentar, que a todo me he lánzado, vencida ahora por Eneas. Pues bien, si mi numen 310
no es bastante, no he de dudar ciertamente en implorar donde sea: si domeñar no puedo a los de arriba, moveré al Aqueronte. No me será dado alejarlos del reino latino —sea— y sin cambio sigue por el destino la esposa Lavinia; mas añadir y acumular obstáculos puedo a cosas tan grandes, 315
en dos puedo dividir a los pueblos de estos reyes. Este precio pagarán los suyos, si suegro y yerno se unen: de sangre troyana y rútula tendrás la dote, muchacha, y Belona será la diosa que presida tu boda. No ha sido sola la hija de Ciseo en parir, preñada de la tea, fuegos conyugales; 320

también Venus tendrá su parto y habrá un nuevo Paris, y de nuevo funestas alumbrarán las antorchas a la Pérgamo que renace.”

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